Lunes
Qué difícil es tener una mirada nueva.
Escuché en un podcast el otro día que alguien muy listo dijo que la creatividad no consiste en ver cosas nuevas sino en ver lo de siempre con otra mirada. Salirse de uno, dejarse asombrar, volverse niño y releer lo que ya sabías sin pensar que lo sabías o hablar con quien te cuenta lo que sabes desde un lugar que desconocías.
Creo que hay una verdad poderosa sobre la vida encerrada en esto pero mañana hay que madrugar.
Y esa es otra verdad poderosa y tangible sobre la vida: No hay mirada limpia con legañas en los ojos ni nada parece nuevo cuando has dormido poco.
Martes
Hay un puente que cruza las vías. Solo lo cruzamos en verano, cuando vamos a las piscinas.
Desde hace años un pequeño riachuelo sale de entre las piedras y cae hacia la vía. Viene de una tubería rota que estos últimos meses se ha debido romper aún más.
Lo que antes era un hilillo ahora es un caudal constante que escuchas manar cuando pasas y que poco a poco ha convertido los laterales de las vías en una pequeña Doñana: las ranas cantan, los pájaros se acercan a beber y un verdor salvaje lo llena todo.
Ese agua, igual que ese puente, es de alguien.
Habrá alguien pagando por el agua y alguien que debería pagar por el puente pero, por lo que sea, el agua brota y el puente se corrompe, poco a poco, mientras crea un paisaje precioso en un lugar casi abandonado.
Hay en ese puente y en ese verdor terrible otra metáfora preciosa o dolorosa sobre la vida o sobre la mirada que proyectamos sobre las cosas.
El anuncio de un fracaso. El nacimiento de un pantano. Tú eliges.
Miércoles
Jueves
Hay un poste al final del pueblo, cruzando la Ribera, donde está “La Fibra”. Lleva ahí casi un año sin que nadie le haga caso.
Llegó La Fibra al pueblo pero sólo hasta ahí, hasta ese poste que no vale para nada porque alguien tiene ahora que llevarlo hasta las casas pero ese alguien no es el mismo alguien: hay alguien que tiene que dejarles que crucen la Ribera y luego alguien que tiene que hacer la obra y luego alguien tiene que meterlo por las calles (ya veremos cuáles) y así sucesivamente desde hace un año.
Imagino que otro alguien, en Madrid, habrá marcado un Excel: este pueblo ya tiene fibra y España progresa y todo va bien aunque en realidad no sea verdad o no verdad del todo que es de lo que viven muchos: convierten la realidad en algo que no es la realidad pero se le parece. Como si esto fuera ya, definitivamente, una película, una realidad ficcionada, en la que algo puede ser cierto y no a la vez, dependiendo del lugar desde el que lo mires.
Visto desde allí, ha llegado La Fibra. Visto desde aquí: menuda panda de inútiles.
Viernes
Estoy en una ciudad grande cruzándome con mucha gente que no conozco de nada.
Vivo en un pueblo pequeño donde me cruzo con muy poca gente que suele conocerme desde que me cagaba encima.
He estado en un solo día en tres ciudades y ahora ceno mejillones “estilo belga” en una cervecería que yo creía alemana en una ciudad castellana. Estoy con un montón de buena gente que conozco y no conozco a la vez. Son los conocidos ese grupo intermedio entre los amigos y la gente que te cruzas por la calle, gente que ves de vez en cuando pero con la que conectas de a poquitos hasta que quizá algún día sean amigos o pasen a ser desconocidos porque la amistad no tiene término medio o si lo tiene se disuelve con el tiempo.
Hablamos del trabajo y de la vida y de los niños y nos damos los unos a los otros en la confianza de que compartir las penas en la mesa es mejor que penar con ellas. Estamos aquí F. y yo para hablar de diseño o de una asociación de diseño de la que formamos parte y esto se supone que es trabajo pero en realidad no lo es porque llegado un determinado momento cuesta distinguir qué es cada cosa, como un amigo de un conocido o a la inversa.
Cenamos, bebemos y hablamos y algo me dice que podríamos salir y darlo todo y olvidarnos de para qué hemos venido aquí y ya mañana que salga el sol por donde quiera pero luego recuerdo que si el lunes tenía mucho sueño ahora tengo más.
Y mañana necesitamos la mirada limpia. Hay mucho bonito aún por ver.
Alex, que importante es lo de cambiar la mirada o mover el punto de vista y que poco lo hacemos, como nos cuesta sacar una patita de nuestro tiesto. En los últimos años, y esto ya lo hemos comentado tu y yo, cada vez cuesta más moverse en terrenos grises, parece que estamos obligados no se sabe porqué, ni por quién, a ser o blancos o negros, o rojos o azueles y que no hay un más allá de eso, con la de cosas bonitas que se pierde uno por no andar por esas tierras medias y sobre todo, porque hay muy pocas cosas irrefutables en esta vida y a medida que te haces un poco más mayor, te vas dando cada vez más cuenta de lo del refranero de nunca digas de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre.
lo de la Fibra y los pueblos, mejor no entrar a ello, que daría para un episodio de la ingobernable!!!!!!!!!!!! jejejejejejeje.
Por lo demás bien, a seguir disfrutando de leerte los lunes. Un placer.